PAKITO EN LA DIMENSION DE FERRAN ADRIA

No sé como, pero me hice con aquel restaurante, una viejísima casona típica del siglo XVI, de gruesos muros de piedra, rodeada de bosques y una urbanización de casas, de gentes humildes unos y otros adinerados, en una mezcla, evidentemente dificil de entender. Dos mundos, a menudo enfrentados en viejas y nuevas rencillas, donde las nuevas generacione, suscribian los mismos textos rancios que los habian visto nacer. La evidente falta de cultura y la negación del saber todo en uno.
Así que; me vi un domingo vestido de blanco inmaculado con 130 personas a las que yo...tenia que dar de comer; y bien; pero...eso, es otra historia, que algún dia os contaré.
El hijo de los dueños del edificio, trabajaba en EL BULLI, imaginaros su nivel de creatividad, un buen día vino a ver a sus padres y, se presentó; yo, tenía tanto que aprender y tantas ganas de saber que, le dije; A ver si uno de estos dias vienes y me haces un plato. El me sonrió y me dijo, mañana vengo y te lo hago. Al dia siguiente, se presentó con una ventresca de atún de dos dedos de grueso, una raiz de gengibre y su cuchillo.

Limpió la ventresca, preparó unas tiras de dos dedos de grueso; con lo que quedaba un cuadrado casi perfecto, y las puso sobre la plancha muy caliente, las giró a los pocos segundos con lo que selló la pérdida de jugos por las cuatro caras.
Las colocó en una bandeja y las cubrió con un 50% de aceite de girasol y el resto de salsa de soja.
Laminó el gengibre finisimo y lo colocó en la fuente junto con una cucharada de bolas de pimienta negra.
Lo dejó en la cámara hasta el dia siguiente, así tal cual marinado.

El resultado os imaginais por las fotos. Doradisimo por fuera, jugosÍsimo por dentro. Cuando lo probé...él me dijo; esto lo aprendí del MAESTRO FERRAN ADRIA.

Le pregunté, y como se llama este plato. Me contestó ATUN FERRAN ADRIA. (lo que quiere decir es que puede ser un TATAKY DE ATUN O UN TERIYAKI DE ATUN MARINADO CON SOJA.) qué más dá....pura delicia.