jueves, 8 de diciembre de 2011

UN MERCADO MEDIEVAL... VIC... UNA EXCELENTE PUESTA EN ESCENA.

Me sorprendió... muy gratamente como siempre, esa antigua ciudad... aletargada sobre La Plana, a los pies del Montseny; rodeada de forestas inmensas y de una vida salvaje y calma... Vic, es sin duda ese remanso de paz en el que nos abrevamos después de un camino largo y duro.

Ese día, las gentes acudieron en masa a la llamada de eso... querían diversión gratuita, se notaba el ambiente tenso y frío de esa mañana de Diciembre... recorrer sus calles en silencio, solo te asaltaban los sonidos metálicos del atrezzo de los firgurantes... con sus capas, espadas, escudos y armaduras... todos encantadores... en su papel... me encantó.


La realidad es que era una feria de comer... para gomer... para gustar... el reclamo primigenio de cualquier sociedad... la comida. eso si... deliciosa.



El hambre atávica de las gentes... se vieron asaltadas literalmente todas y cada una de las casetas donde se vendía comida.

El caudal de gente fue incrementándose a medida que avanzaba la mañana... impresionante.



Puestos de comida con todo tipo de alimentos.


Como si se tratara de una Kashba árabe... en cualquier rincón se montaban riquisimos pasteles donde el pistacho, la miel y el agua de azahar... luchaban por conquistar con sus aromas y colores a los transeúntes.



Casetas de productos de la cera, los aceites esenciales y el aroma inconfundible de la mirra... te hacían pensar realmente en otro mundo.

Lanas naturales tejidas por expertas manos, dando forma a gorros de imposibles colores y formas pero... eso si... muy atractivos.




Un momento de paz en el meandro del río donde... a pesar de la avalancha de gentes, aún se podría respirar.



Ya entrada la tarde, al lado del río un asador... en condiciones... para cuando más de estos... en cualquier feria o evento.



Evidentemente, la pieza era enorme... una novilla asándose al rescoldo de las brasas... no sé como acabó la fiesta pero me imagino que bien.


Esperando el asado de vaca.



En el rió el señor de las águilas, el falconero ilusionaba a los peques con las andanzas de las aves... precioso.

Este día será sin duda un grato recuerdo, volveremos ahí... el año próximo.

No hay comentarios: