A el awelo, con cariño... mi padre.

Quien lo diria, yo acordandome de ti, pequeño...geniudo...intuitivo...perdido entre los amores de los suyos y los nuestros, solitario, andalúz inpenitente y ciudadano del mundo.

A veces me pregunto, que pasaria por su mente en aquellos momentos, en los que me miraba...entre embelesado y ansioso de verme crecer, corrigiendo mis actos constantemente, intentando que aprendiera cosas, que a mi juicio no servian para nada. Yo, oyéndole hablar con su voz ronca de la mina...contar sus cuentos, sus vivencias, de sus amigos, de sus trabajos, de sus hermanos, tenía algo de poeta. Recitaba con salero sus poesias favoritas, mientras se afeitaba a brocha y sevillana el domingo por la mañana al levantarse...yo apoyado en el quicio de la puerta le miraba...altisimo, enorme, mientras dibujaba con la espuma una graciosa cara de payaso, y evidentemente me frotaba la punta de la nariz...