una tarde con el maestro...

Queridos amigos:

Crónica de una tarde de toros.

Ni qué decir tiene que en el cartel, sobresalía la magia, toreaba el Maestro…José Tomás, los demás le acompañaban testigos mudos de su arte…su pasión…su poderío innato…al primero de la tarde lo recibió con unos capotazos de cortesía…( ya que no era su toro…) como el más humilde de los subalternos…
se plantó en los medios se echó el capote a la espalda y lo citó…
a pies juntillas... sin mover un solo músculo variando la trayectoria del morlaco por dos veces... cambiando de lado el capote hasta que pasó por su lado a solo un par de centímetros…ahí…se vió que la tarde prometía…nada comparado como cuando le tocó el primero…Un toro negro cornalón y astifino de poderosa cabeza y de larga embestida... lo recibió en los medios dándole capotazos largos de porte exquisito y naturales…todos ellos adornados por una suerte de desplantes... en las que el toro sabia...que el Maestro estaba tejiendo la faena y acercándolo a los picadores.

Con la muleta, sembró de olés la plaza...la mano bajísima, los pies juntos arrimándose al toro hasta ser dos en uno…muletazos lentísimos donde la poesía hacia acto de presencia...y el sentido de la lidia...se apreciaba en todo su esplendor…lo mató certero…una oreja.

Hacia el segundo toro del Maestro, un soberbio toro de color marrón de embestida larga, lo recibió también en los medios con capotazos dirigidos a templar la bravura... insistió con vehemencia hasta conseguir domarlo con lo que la plaza se vino abajo en aplausos, todos...nos entregamos en ese momento… después de las picas…y unos pares de banderillas con recortes tanto del toro como del banderillero…el Maestro…se armó con la muleta y estalló el delirio, los desplantes delante de la muleta, el toro entregado…los pases a milímetros de las piernas del Maestro…la locura…al cambiar la suerte…se produce unos minutos de locura…todos puestos en pié…pañuelos blancos en las gradas…aplausos…gritos…el Maestro mirando a la Presidencia..que…me imagino estaba absorta como el resto de mortales…se llenó el albero del grito de INDULTO…el Maestro seguía inmóvil…los pies juntos…el toro esperando…hasta que se pronunció…ese toro…merecía el indulto…el Maestro comprendió que…se lo merecía…y a capotazos lo dejó en la boca del toril…inaudito…yo incapaz de entender porqué se produjo ese instante pero apreciándolo…me dejé llevar por la pasión y me juré que nunca olvidaría ese momento.

Lo demás…superfluo…banal…simple…solo se vivió la emoción ahí…al lado del Maestro.

A los que nunca han ido a los toros…a los que solo ven muerte y martirio…a los que reniegan de esa magia… a los que no saben apreciar la plasticidad de los movimientos…los silencios en los que solo se oye la respiración contenida…quiero decirles que el Maestro si ese es su destino morirá en un mal lance…pero…mientras nos dure…nuestra fiesta esta a salvo…porque…que carajo….VIVA LA MADRE QUE LO PARIO…