Te leo en la distancia que la vida nos marca pero... con la pasión de incómodos amantes, atesorando tus medidas palabras de paseadora impenitente, me transmites fielmente tu naturalidad cotidiana, en mayor medida, sintiendola mia. Tus paseos por Madrid, tu deambular anónimo entre sus calles, la desapasionada pasión de tu Semana santa y... si.
Para mi, viejo Capitán de la Mercante, acostumbrado a beber en todas las fuentes del saber humano, es de agradecer tu sinceridad... qué bien hace su trabajo la jodía.
Actos cotidianos retratados con una pasmosa sencillez denotan una vastísima cultura social. Echo de menos evidentemente oirte, olerte, sentirte, verte y tocarte; ésa debe ser la ocasión en la que la vida nos acerque a ambos; y si no es así... será en la otra.
He envidiado tu felicidad esta Semana santa en Madrid, con mucho gusto te he acompañado a tus bares favoritos de tapas, a tu restaurante vacío, a las galerias de El Prado, en tu torrente-taxi, en tus silencios y en los gritos de la gente, las fotografías que me has transmitido son de una calidad inmejorable, Madrid te necesita.
Los domingos busco en la prensa tus articulos y los degusto, saboreo tus palabras y me traes siempre recuerdos, sensaciones y viajamos juntos en el tiempo; Elvira y su máquina del tiempo... Hermoso.
Elvira es una de las mujeres que me gustaria conocer, una cena en un lugar tranquilo, buen vino y tiempo para disfrutarlo, de menú... la vida.
Mientras no me defraudes, seguiré siendo un admirador de tu gracia y talento.
Ha ido por ti Elvira. Gracias.
1 comentario:
Salud, Pako, mi querido primo del alma. Me ha encantado leerte. No la conozco personalmente, aunque la leo en ocvasiones, seguro que también a la mencionada Elvira le encantaría leer tu poema dedicatoria en prosa.
Un fuerte abrazo. Sigue bien y se feliz, sobre todo.
Mikel
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