No lo pude remediar, esta mañana estabamos despachando los asuntos cotidianos de la empresa y se puso alli... mirando como si formara parte de la misma; serio, formal y entendido.
Así que, saqué la cámara y seguia mirandome...bueno...los dos.
Tenía que hacerlo, sacarla por aquí para presentarlos en sociedad, Raimon y su secretario Iron.
Un saludo.
2 comentarios:
¡Si! Poder tener a tu perro contigo en el trabajo ¡Que bien! Cuando me contrateis como vuestra asistente de dirección (y ordenalo-todo) entonces por fin podré tener mi pequeño perrito. Y serán muy amigos. La foto está genial. Dile a Raimundo (y todo el mundo) que sonría más. Oye tu, que es verdad que los perros terminan pareciendose a sus amos...¿O era al revés?
tienes toda la razon del mundo los perros acaban pareciendose a sus dueños pues tienen los dos la misma cara de mal jenio jajajaja
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